Para ser sincero, no llevo más de 3 años en este mundillo y ya...créanme que he visto de todo. Como crítico y curador de arte, se "supone" que mi trabajo es descubrir y promover el talento genuino. Qué bonito suena, ¿verdad? Lástima que la realidad sea mucho menos romántica. No es oro todo lo que reluce, y durante años nos han vendido la moto de la meritocracia. Esa bonita idea de que si eres bueno y trabajas duro, triunfarás. Pero déjenme decirles algo: menuda patraña.
Es increíble cómo nos hemos tragado la idea que querían que nos creyésemos; que con talento y formación académica, las puertas se abrirían solas. "Cuanto mejor preparado estés, más lejos llegarás", nos repetían...me tiraría al suelo a reírme si no fuera un asunto tan serio. Si es que al final del día, lo que realmente importa es a quién conoces y quién te conoce a ti. Así de simple.
Pero no me malinterpreten, ni me crucifiquen. El talento y la formación son importantes, y en este circo que llamamos "escena artística", tener un máster en Historia del Arte o ser un virtuoso con el pincel no es suficiente. El verdadero espectáculo se juega en los pasillos, en las fiestas privadas, en las charlas informales después de una inauguración.
He visto artistas mediocres alcanzar la fama porque conocían a la persona adecuada en el momento justo. Y también he visto a genios desechados a la primera porque no sabían (o no querían) jugar al juego de los contactos. Luego que si lo de la fuga de cerebros, bla bla bla.
Como curador, he tenido que rechazar propuestas fascinantes porque "no encajaban en la línea de la galería". Traducción real: el artista no tenía los contactos adecuados. Y he tenido que incluir obras mediocres en exposiciones porque... bueno, ya saben, "compromisos".
Lo más frustrante es ver cómo este sistema perpetúa una endogamia creativa, porque cuando el éxito depende de moverse en ciertos círculos, siempre son los mismos nombres, las mismas ideas recalentadas, el mismo círculo cerrado que se retroalimenta.
Si queremos cambiar este sistema corrupto, tenemos que empezar por reconocer su existencia. Deja de sentirte culpable por no "triunfar" a pesar de tu talento. No eres tú, es el sistema.
En segundo lugar, los que estamos dentro del sistema tenemos que empezar a hacer las cosas de otra manera. Como crítico, conozco estos puntos débiles, y hay que buscar más allá de los circuitos habituales. Como curador, pienso que hay que dar oportunidades basadas en el talento, no en el apellido o la agenda de contactos.
Tercero, y quizás lo más importante, cuando llegues arriba (porque lo harás, maldita sea), no te olvides de tender la mano a otros. Rompe el ciclo. Sé el contacto que te hubiera gustado tener cuando empezabas.
La meritocracia es un mito, pero eso no significa que tengamos que aceptarlo. Podemos crear un mundo artístico más justo y diverso, y esto no será fácil no cosa de un día, pero oye, si algo sabemos aquí es apreciar la belleza de lo difícil.
Excelente entrada, como siempre. Ojalá lo correcto, fuese lo correcto. Lo deseado, lo deseado. La admiración, admiración. Lo correcto, deseado y admirado fuese de la mano. Necesitamos a profesionales de tu talla, con tu ojo y tu talento. Muchas gracias
ResponderEliminarCuando vemos desde afuera esto podemos hacer dos cosas, no entrar al juego o dejarse llevar por la idea de futuro.
ResponderEliminarAquí en mi ciudad yo lo llamo la reala, todos nos olemos a ver qué feromonas nos conviene más, no hay nada que pueda ayudar a artista que no quieren entrar en ese baile de vanidades.
En el 2009 abrir una brecha en el circuito (así se llama 😎) cree en mi espacio de trabajo la posibilidad de dar visibilidad a los que no encajaban en la reala, me costó dinero pero en aquella época el arte por el arte me llenaba.
Cedía mi espacio para que lo interviniesen, un espacio social como puede ser una peluquería, mi sueño era educar a las personas que no tenia ni idea que era el arte contemporáneo para que tuvieran una visión distinta de la que había, la vergüenza de entrar en una galería. Dure cuatro años con el proyecto.
Creo que tenemos que luchar para quien tenga una voz pueda hacerla sonar.
Soy auro murciano