Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión que quizás no caiga bien a algunos, y lejos de moralismos y egos, de comentarios de profesionales del sector, los cuales no se preocupan en ver más allá de sus propios ombligos, quiero hacer una sutil invitación a que reflexionemos sobre la realidad de los museos y de la experiencia de los visitantes, especialmente aquellos que no son expertos en historia o arte. Los museos son espacios que ya no son de interés, o al menos como antes (aunque los titulares quieran demostrarnos lo contrario con datos fantasiosos), y es nuestro el deber de cambiar el rumbo de esto cuanto antes. URGENTE.
Tengo que decir que al visitar museos, me he sentido alejado de la información expuesta. Los paneles de texto interminables y los objetos mal contextualizados pueden hacer que la visita se vuelva aburrida y poco enriquecedora, por lo que creo firmemente que debemos repensar el concepto tradicional de los museos y adaptarnos a las necesidades y expectativas del público actual. Considero esencial que los museos se enfoquen en la didáctica, es decir, en presentar la información de manera accesible, entretenida y enriquecedora para todos los públicos, sin importar su edad, cultura o idioma; utilizar la tecnología, podría ser una excelente herramienta para lograr este objetivo, aunque no el único, claro. No debemos bombardear al espectador, al contrario, tenemos que guiarlos a través de experiencias interactivas y envolventes que los sumerjan en las obras, y las hagan parte de ellos mismos y su experiencia. Para lograr una transformación significativa en los museos, es esencial poner al público en el centro de nuestras consideraciones.
El objetivo principal debe ser crear experiencias significativas que conecten emocionalmente con los visitantes y despierten su curiosidad y pasión por el arte, la historia y la cultura. Una estrategia clave para lograr esto es simplificar la información presentada en las exposiciones. Como dije antes, en vez de abrumar a los visitantes con textos largos y densos, debemos optar por explicaciones claras y concisas que comuniquen de manera efectiva la relevancia y el contexto de cada pieza. A nadie le gusta perder el tiempo con cuentos. La información debe ser clara, precisa y accesible para todos, independientemente de su nivel de conocimiento previo.
Por otra parte, la colaboración con comunidades locales y grupos culturales también puede enriquecer significativamente la oferta del museo, es decir, permitir que diversas voces aporten perspectivas únicas y contribuyan con sus conocimientos y experiencias a enriquecer enormemente las exposiciones y fomentar un sentido de pertenencia y apropiación por parte de la comunidad, y por supuesto, todo este proceso de cambio y mejora debe realizarse de manera gradual y continua, es necesario evaluar constantemente la efectividad de las nuevas estrategias y estar abiertos a recibir comentarios y sugerencias de los visitantes es lo que nos permitirá a los profesionales del arte ajustar y mejorar la experiencia del museo con el tiempo.
Es fundamental tener en cuenta que los visitantes no siempre planifican sus visitas con anticipación. Yo mismo lo hago. Por lo tanto, es crucial ofrecer información relevante de manera concisa, para que puedan disfrutar y aprender aunque dispongan de poco tiempo. Esto también implica que los museos deben ser inclusivos y tener en cuenta las diferentes características y necesidades de su público.
En mis visitas a museos, me ha ocurrido que los guías son excesivamente especializados y poco acogedores, lo cual puede resultar tedioso y desmotivante. En lugar de depender únicamente de ellos, es necesario desarrollar alternativas que se ajusten a diferentes tipos de visitantes. La meta no es convertir los museos en parques temáticos, sino encontrar un equilibrio adecuado entre el entretenimiento y la transmisión de información. Para lograr una experiencia más enriquecedora y accesible en los museos, es esencial abogar por una mayor diversidad en la forma en que se presenta la información, y aunque los guías, a veces sean muy valiosos, no deben ser el único recurso para transmitir el conocimiento. En su lugar, podríamos considerar el uso de tecnología interactiva, recursos multimedia y elementos visuales para complementar la visita. Creo que es importante capacitar al personal del museo para que sean más cálidos y receptivos con los visitantes, fomentar una actitud amigable y acogedora contribuiría a que los visitantes se sientan más cómodos y motivados para explorar y aprender. Ya sabemos que sacaste unas oposiciones y eres funcionario del Estado, no es necesario mirar a nadie por encima del hombro.
La implementación de audioguías que brinden a los visitantes la libertad de explorar a su propio ritmo mientras reciben explicaciones sobre las piezas exhibidas es un aspecto por el que abogaré siempre. Aplicaciones móviles o códigos QR podrían ofrecer detalles adicionales, anécdotas interesantes o entrevistas con expertos, lo que enriquecería aún más la experiencia, y cada persona podría hacer la visita a su ritmo. Esto es esencial. Plantear el museo como un espacio para la reflexión y el recogimiento, también la instalación de pantallas táctiles o estaciones interactivas permitiría a los visitantes profundizar en temas específicos o realizar actividades educativas relacionadas con las exhibiciones. Esto no solo fomentaría la participación activa del público, sino que también ampliaría el alcance educativo del museo. Podríamos considerar la inclusión de zonas lúdicas o espacios de experimentación donde los visitantes puedan interactuar con réplicas de objetos históricos o realizar actividades prácticas relacionadas con el arte y la cultura, esto podría generar un aprendizaje más vivencial y entretenido, especialmente para los más jóvenes.
También es esencial que los museos, independientemente de su tamaño o presupuesto, busquen soluciones creativas y efectivas, con esto quiero decir que no siempre se necesita un gran presupuesto para lograr cambios significativos; yo mismo he presenciado museos y galerías pequeñas con recursos limitados que han implementado soluciones ingeniosas y efectivas. Para alcanzar este objetivo, es imprescindible que los museos se mantengan actualizados y en constante innovación. La sociedad está en constante cambio, y los museos deben seguir el ritmo para permanecer relevantes y atractivos. Los museos podrían considerar asociaciones con empresas de tecnología y start-ups para desarrollar aplicaciones y dispositivos innovadores que enriquezcan la visita, esta combinación de la tecnología con contenido educativo y entretenido puede marcar la diferencia para captar el interés de las generaciones más jóvenes; cuya participación activa de los visitantes es otro aspecto clave. Los museos podrían fomentar la co-creación y la colaboración, invitando al público a aportar sus ideas y perspectivas en el diseño de exhibiciones o eventos culturales. Esto no solo generaría un sentido de pertenencia, sino que también garantizaría que las temáticas y actividades sean más relevantes y atractivas para la audiencia actual, el uso estratégico de las redes sociales y las plataformas digitales puede ayudar a los museos a llegar a un público más amplio y diverso. Las campañas de marketing creativas y la difusión de contenido interesante y relevante pueden despertar la curiosidad y la emoción de las personas, animándolas a visitar el museo. Está claro que la sostenibilidad financiera es fundamental para garantizar la supervivencia de los museos. La búsqueda de fuentes de financiamiento diversificadas, como patrocinios, donaciones, alianzas con empresas y la implementación de programas de membresía, puede asegurar la viabilidad económica a largo plazo.
Pienso que el futuro de los museos depende de nuestra capacidad para adaptarnos a los cambios y evolucionar con creatividad e innovación, y al ofrecer experiencias enriquecedoras, tecnológicamente avanzadas y participativas, los museos se convertirán en lugares vibrantes, relevantes y significativos para todas las generaciones. Con este enfoque, podremos asegurar que los museos no queden relegados al olvido, sino que sigan siendo pilares fundamentales en la preservación y difusión del patrimonio cultural para las generaciones venideras.
Texto por Suso B
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