La muestra ha sido comisariada con acierto por la crítica de arte Beatriz Espejo, quien ha seleccionado más de treinta piezas que ofrecen una amplia variedad de técnicas, materiales y formatos, con la mayoría de las obras destacando por ser objetos escultóricos realizados en madera de pino, iroko, haya o nogal. Además, también se pueden apreciar interesantes piezas audiovisuales, dibujos y ‘collages’. Cabe destacar que algunas de las obras presentadas en esta exposición han sido producidas por Fuentesal y Arenillas durante su estadía en la Real Academia de España en Roma, lo que agrega un toque adicional de exclusividad y calidad a la muestra.
Con ‘La danza mudanza’, el CAAC demuestra una vez más su compromiso con la promoción y difusión del arte contemporáneo, al ofrecer al público una oportunidad única de disfrutar de la obra de dos de los artistas más destacados y prometedores de la escena nacional.
El término “Danza mudanza” hace referencia a los movimientos realizados en los bailes a compás, es un conjunto de pasos simples e intermedios que se ejecutan sin seguir reglas fijas, lo que permite la improvisación y la libre expresión de los sentimientos del bailarín. Este concepto inspira la exposición que lleva el mismo nombre en el CAAC, donde se exhibe la obra más reciente de Fuentesal Arenillas en una puesta en escena desencorsetada y coreográfica, invitando al espectador a sumergirse en un mundo de libertad creativa y expresión emocional, siguiendo la misma filosofía de la danza mudanza; la exposición se convierte así en una experiencia que va más allá de la contemplación de la obra de arte, permitiendo al visitante sentir la energía y el movimiento que impregnan cada una de las piezas.
La exposición ofrece una muestra sin precedentes de la producción artística más reciente de los artistas, quienes han plasmado en sus obras sus imaginarios y principales preocupaciones dentro de su proceso creativo. Entre las temáticas que se abordan destacan su exploración de la figura del doble, el espíritu de la preservación y protección , su interés por la cultura oral y popular, y su práctica lúdica en la escultura y el juego que la origina. Como hilo conductor que une todas estas ideas está el icónico títere, un juego de manos que combina la madera, la cuerda y el trapo para componer obras que adquieren vida propia. En el caso de los artistas en cuestión, estos títeres conectan la barraca de La Tía Norica en Cádiz con la musicalidad de las coreografías del Teatro dei Piccoli en Italia, un campo de estudio que ha sido explorado por los artistas durante su actual estancia en Roma.
La exposición es un verdadero homenaje a la creatividad y originalidad de estos artistas, quienes a través de su trabajo han logrado trascender las barreras del arte contemporáneo y han creado un universo propio lleno de simbolismos y referencias culturales, pero siempre trabajando la escultura desde la figura del doble y centrándose en el acto de representar objetos que protegen, que guardan recuerdos de los artistas.
La comisaria de la exposición, Beatriz Espejo, ha destacado que en las obras de Fuentesal y Arenillas se puede percibir siempre «una reflexión entre lo físico y lo mental, lo que se ve y lo que se piensa, lo dicho y lo formal». Es precisamente esta capacidad de los artistas para crear un diálogo entre la realidad y la abstracción lo que hace que su trabajo sea tan interesante y enriquecedor para el espectador. Las esculturas de Fuentesal Arenillas son conocidas por su capacidad de evocar sensaciones de extrañeza, lo cual les permite explorar una amplia variedad de temas, incluyendo la levedad, el peso, la tensión, el equilibrio, el roce, la resistencia y lo inesperado. Su obra busca romper con lo convencional y sugiere la posibilidad de explorar nuevas formas de ver y entender el mundo que nos rodea; en este sentido, sus creaciones pueden entenderse como un llamado a la discontinuidad y a la búsqueda de nuevas formas de expresión en el arte contemporáneo. Los artistas demuestran un apego especial por los objetos aparentemente familiares que, gracias a su obra, se convierten en portadores de significados más profundos y complejos. Ejemplo de ello son sus torsos, capuchas, sombreros, cajones y hormas, que tienen la capacidad de transportar al espectador a lugares insospechados. Un caso paradigmático son las series «Correveydile» y «Oye lo que traigo», cuyo punto de partida son las estructuras de los sombreros que ambos artistas recuerdan de su infancia.
En estas obras, el sombrero actúa como un contenedor para preservar los recuerdos y las emociones más importantes, tal y como ocurría en el pasado con las fotos o recortes que se guardaban en el parasol del coche o tras el cristal de la mesa camilla. De esta manera, Fuentesal y Arenillas hacen que el espectador reflexione sobre la naturaleza de la memoria y su relación con los objetos cotidianos que nos rodean, que nos remite a la idea de que todo puede ser desarmado y rearmado de maneras no convencionales. Siguiendo la misma filosofía de la danza mudanza, la exposición es una invitación a sumergirse en un mundo de libertad creativa y expresión emocional, convirtiéndose así en un verdadero homenaje a la creatividad y originalidad de los artistas. Buscan romper con lo convencional y sugieren la posibilidad de explorar nuevas formas de ver y entender el mundo que nos rodea, convirtiéndose en un llamado a la discontinuidad y a la búsqueda de nuevas formas de expresión en el arte contemporáneo, ya que sus creaciones pueden entenderse como un objeto aparentemente familiar que, gracias a su obra, se convierte en una metáfora del potencial de la creatividad y la expresión artística.
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