Creo que a Gala Porras-Kim (Bogotá, 1984) no le hace falta ninguna
presentación. Es una artista multidisciplinar que agarró un
concepto y supo llevarlo a su límite. Esta mañana el CAAC Sevilla
tuvo el honor de presentar una nueva exposición, donde se hace un
recorrido por la producción reciente de la colombiana a través de
obras que indagan la espiritualidad, tanto de las obras como del
espacio expositivo, y se centran en la arqueología, la lingüística,
la antropología y la historia. Es la primera individual de esta
artista en un museo español y presenta aquí un elenco de 33 obras
que se distribuyen en casi todas las disciplinas artísticas y juegan
con los espacios monumentales del Centro, muchas realizadas
concretamente para la exhibición.
La muestra podrá visitarse desde el 9 de Marzo hasta el 3 de
Septiembre, con la particularidad de que presenta obras que irán
cambiando a medida que pase el tiempo, una especie de “obras
vivas”, que irán transformándose gracias a las condiciones
climáticas y temporales del museo. Puedes consultar los horarios del
CAAC a través de este enlace: www.caac.es
Gala
Porras-Kim, cuyo trabajo está muy centrado en la investigación de
materiales y artefactos culturales y la relación que mantienen con
sus funciones originales. Sabemos que catalogar y preservar
artefactos culturales es una tarea esencial para garantizar su
supervivencia a largo plazo. Sin embargo, cuando estos objetos son
retirados de su contexto original y se insertan en una institución,
se corre el riesgo de que su función original se vea alterada o
incluso perdida por completo. Este es un aspecto muy importante para
la artista, donde todos los factores no deseados para un museo, como
el polvo o la humedad, son aprovechados y reconvertidos en elementos
activos de las obras. Porras-Kim lleva a cabo
proyectos de naturaleza interdisciplinaria que suelen comenzar por el
análisis de archivos o depósitos de museos antropológicos y
arqueológicos. A través de su trabajo, cuestiona cómo se adquiere
el conocimiento en las ciencias sociales y pone en tela de juicio las
medidas de conservación implementadas por las instituciones, que
tienden a enfocarse únicamente en el mantenimiento físico de los
objetos, sin considerar sus funciones intangibles o su dimensión
espiritual.
Esta reflexión es particularmente relevante en el contexto de la
antropología y la arqueología, ya que estos campos se centran en el
estudio de la cultura material y las prácticas sociales a través de
los objetos y artefactos que se han conservado a lo largo del tiempo.
Sin embargo, la visión tradicional de la conservación de estos
objetos ha tendido a ser limitada y reduccionista, centrándose
únicamente en la preservación de su forma física y material, así
que por ello busca ir más allá de esta concepción tradicional de
la conservación, explorando los aspectos intangibles y espirituales
de los objetos y su relación con las culturas que los crearon y
utilizaron. Al hacerlo, plantea importantes cuestionamientos acerca
de cómo se adquiere el conocimiento en las ciencias sociales y cómo
podemos abordar la conservación de los objetos y artefactos de
manera más holística e integrada.
En el ámbito museístico, los objetos adquieren una significación
que está íntimamente ligada con la definición que se les otorga.
En este sentido, los museos desempeñan un papel fundamental en la
conformación de la imagen y percepción que se tiene de los
mismo, pero también es cierto que los objetos pueden generar
cuestionamientos en cuanto a los contextos sociales y políticos en
los que se insertan, lo que puede conllevar una transformación en su
significado original. Es importante destacar que los museos no son
meros contenedores de objetos, sino que tienen la capacidad de
otorgar un marco interpretativo a los mismos. De este modo, la
disposición de los objetos en una exposición, el tipo de
información que se les atribuye o el contexto histórico en el que
se les sitúa, son elementos que influyen en la manera en que los
visitantes perciben y comprenden los objetos, y esto es algo que Gala
sabe transformar muy bien. No obstante, los objetos también pueden
desafiar las narrativas predominantes y cuestionar los contextos
sociales y políticos en los que se insertan. De esta forma, los
objetos pueden adquirir nuevas formas y significados en función de
las nuevas lecturas que se hacen de ellos, así los museos pueden ser
un espacio para la reflexión crítica y para la redefinición de los
significados que se les han otorgado a los objetos. Su trabajo se centra en la problemática relacionada con el uso de
ciertas herramientas para construir discursos que, en algunos casos,
chocan y vulneran la función y el significado de los artefactos
considerados obras de arte o históricas. Esta situación se vuelve
especialmente grave cuando se trata de objetos con funciones sagradas
o funerarias que contienen restos humanos.
Un ejemplo concreto de esta problemática se puede observar en las
obras de Porras-Kim, como su revisión del saqueo arqueológico del
Cenote Sagrado de Chichen Itzá o su réplica del sarcófago de la 5ª
dinastía procedente de Giza que se encuentra en el British Museum,
que ocupa la capilla de Santa Ana. En esta obra la artista propone
que el museo londinense gire el sarcófago unos 50 grados para que el
difunto siga mirando hacia el este, de acuerdo con el modo en que se
enterraban a los muertos en el antiguo Egipto, planteando así un interesante cambio de perspectiva histórica.
Por otra parte, en la obra monumental 'Sin título (Eflorescencia)'
recurre a diversas herramientas en sus procesos creativos, entre
ellas la biología. Se configura como un muro que parte el espacio
del Claustrón Norte y en la que la artista reflexiona sobre una
estrategia utilizada en México para demoler edificios protegidos,
consistente en llenar de sal pequeños agujeros hechos en la pared
para que, al descomponerse el cemento, la estructura se derrumbe por
sí sola. Esta pieza, por su tamaño y complejidad, se presenta como
una de las más imponentes de la muestra, y destaca por la manera en
que la artista emplea la biología como herramienta para crear obras
de gran impacto visual y conceptual, que irá cambiando las piezas
hasta que las condiciones temporales y climáticas puedan llegar a
materializarse en las obras, creando así obras que “están vivas”,
únicas y diferentes aunque las plantee de la misma forma, ya que
cada espacio y circunstacia es particular.
El agua es un elemento fundamental en la muestra y se encuentra
presente en diversas obras que forman parte del recorrido expositivo.
Una de ellas es la obra titulada 'Señal predictiva (Forecasting
Signal)', realizada en el año 2021. Esta obra, elaborada con
arpillera, grafito líquido, tinta y agua de lluvia, es una creación
única en su tipo, donde la humedad de la sala se filtra a través de
la tinta, que actúa como un instrumento de dibujo sobre un lienzo en
blanco. La lluvia, presente en el agua que se utiliza en la obra, es un
elemento que a menudo se asocia con la vida y la renovación. Es por
ello que su presencia en 'Señal predictiva' añade un significado
especial a la pieza, invitando a la reflexión sobre la importancia
del agua en nuestras vidas. La técnica empleada en la obra también
es destacable, por la manera en que combina distintos elementos de la
naturaleza. El grafito líquido y la tinta utilizados por el artista
permiten que la humedad de la sala actúe como un instrumento de
dibujo haciendo que la pigmentación entre en contacto con la
humedad, se condense y gotee, generando un efecto pictórico azaroso
que será único dependiendo de dónde se ubique. La arpillera, por
su parte, añade una textura y profundidad únicas a la obra,
convirtiéndola en para mi gusto, la pieza por excelencia de Gala
Porras-Kim en esta muestra. Además, su presencia en el recorrido
expositivo es una oportunidad única para apreciar el talento del
artista y reflexionar sobre la importancia del agua en nuestras vidas
a través del arte.
Texto y Fotos por Suso B.
Aquí os dejo algunas fotos de mi visita:
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