Ayer, día 15 de diciembre, se cerraba la temporada de exposiciones del Centro Andaluz de Arte Contempóraneo, con un evento multigeneracional, en el que se daban cita una selección de obras de carácter pictórico incorporadas a la colección del CAAC en los últimos años. Obras de artistas mayoritariamente andaluces y que han ingresado en la última década en la colección permanente, mediante adquisiciones y donaciones, algunas inéditas hasta la fecha y de carácter monumental. Esta exposición transforma y modifica lo expuesto en algunas de sus salas, sin alterar en lo sustancial su tesis.
Como categoría filosófica, el devenir a lo largo de la historia de las ideas ha supuesto una afirmación de la transformación de la variación y del cambio. Frente a la permanencia, todo fluye y transmuta. Podríamos parangonar la evolución de la pintura, y más concretamente la del último siglo, con este concepto asociado a filósofos como Heráclito, Hegel, Nietzsche o Marx, puesto que va más allá de la extendida metáfora del Ave Fénix que resurge de sus cenizas, al explicar mejor todo lo acaecido con este medio artístico en las últimas décadas. También se aplicaría a la misma existencia de las colecciones de arte contemporáneo, continuamente revisándose y ampliando hasta llegar a ser otras, o al mismo tiempo a las muestras temporales que se suceden en las programaciones de los museos.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 7 de enero de 2024 en el Claustrón Norte, da continuidad a la línea de exposiciones iniciada por el espacio museístico con las anteriores exposiciones: "Escultura expandida" y "Sobre el papel", de las que hablé anteriormente en otros artículos de mi blog. A través de este enlace puedes mirar el horario y las fechas de visita del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo: http://www.caac.es/.
En la muestra podrán verse artistas de la talla de Gerardo Delgado, Alfonso Fraile, Guillermo Pérez Villalta, Manolo Quejido y Ana Barriga, entre otros. A Juan Antonio Álvarez-Reyes no se le acaban las ideas, y con esta exposición, de nuevo, pone en valor la colección permanente, siempre desde una perspectiva muy personal y muy trabajada, y es que en la muestra pueden verse más de 50 obras de artistas andaluces muy reconocidos. Se intenta hacer una enfatización de algunos aspectos más concretos, como la pintura que habla de sí misma, los diferentes caminos de y hacia la abstracción, y también de la figuración, pero siempre con ese toque personal al que nos tiene acostumbrados el centro y que tan especial lo hace. Haciendo el típico recorrido por las salas de la exposición, tanto el comisario como los artistas, fueron explicando los conceptos y las ideas de las obras que estaban expuestas, y pienso que nadie puede hablar mejor de una obra como el que la concibe como tal, de este modo se sigue el recorrido y las obras de una manera muy personal, e incluso me atrevería a decir de carácter intimista. Algo que me gustó mucho es la disposición y distribución de las obras, que se mostraban agrupadas bajo tres conjuntos principales que se desglosan, en este caso por temáticas.
En el primer conjunto podemos encontrar obras que hacen referencia a la pintura que indaga en algunos asuntos internos de los artistas, y más especificamente a la magia que surge de la creación de una obra o idea, de su nacimiento. Retratar el estudio es una manera de realizar una obra autorreferencial, donde se muestra el lugar en el que se origina la pintura y se inicia el proceso creativo, y esto se ilustra de una manera magnífica a través de las obras de los artistas Manolo Quejido y Alfonso Albacete, que son las obras que dan la bienvenida a la exposión y preparan al espectador para este "viaje" a través del recorrido del Claustrón Norte. En esta primera parte podemos ver la simbiosis de las diferentes generaciones artísticas andaluzas, donde podemos encontrar a artistas más jóvenes también, como es el caso de Ángel Alén (Sevilla, 1975) y Cristobal Quintero (Pilas, 1974), que estuvieron presentes en la cita para explicar y ahondar en los conceptos e ideas internas de las obras que exponían y dejaban ver toda la riqueza de esta generación de artistas de un modo amable, directo y a la vez muy serio. Esta primera parte se culmina con el maestro Pérez Villalta, el cual tiene su sala personal donde se muestran 7 obras pertenecientes al mismo y de una tématica variada, siendo esta la guinda del pastel para la primera parte de la expo, y que concuerda muchísimo con la temática y el carácter de la misma.
Siguiendo el recorrido, llegamos al segundo bloque temático, que trata sobre las vías de la abstracción andaluza y cómo estos artistas intentan llegar a ella. Aquí encontramos trabajos de muchos tipos, y de algunos artistas que se han podido recuperar, como por ejemplo Alfonso Fraile (Marchena 1930-Madrid 1988) y Jose Ramón Sierra (Olivares, 1945). Esta sala alberga un cuadro de dimensiones colosales, a modo de un mural sobre bastidor. La hija de Alfonso Fraile y el propio restaurador del cuadro estuvieron analizando y desglosando su historia y sus cualidades técnicas y pictóricas, y sinceramente fue de lo que más me impresionó de la muestra. Esta sala, de carácter informalista, se completaba con obras inusuales de José Ramón Sierra, que se compaginaban de maravilla, creando un espacio solemne y a la vez atrevido pero vigoroso en lo pictórico.
Por su parte, la sala de la artista Soledad Sevilla (Valencia, 1944) es toda una experiencia ante lo sensorial; presenta 3 obras de inmensas proporciones, todas polípticos, donde la artista explora las sensaciones de su propia pintura y presenta de una manera elegante, abstracta y simple una multitud de acepciones en cuanto a su mundo interior y que de alguna manera, deja al descubierto el mundo interior del espectador, desde una perspectiva inmersiva, la sala crea la sensación de absorción de manera muy simbólica y abstracta. En este espacio también podremos encontrar pinturas realizadas con otros medios diferentes a los tradicionales; como obras de Gerardo Delgado (Olivares, 1942), concretamente 15 de ellas, que componen la llamada "Ruta de San Mateo" donde explicó su teoría cromática y que crea una sala y un espacio expositivo muy interesante. Por último, en esta sección encontramos obras en las que predominan las variaciones geométricas, de las artistas Rosa Brun (Valencia, 1936) y Paz Pérez Ramos, que intervinieron de manera soberbia explicando la iconografía escondida en sus obras.
Para finalizar, el tercer y último conjunto se ocupa de la figuración, pero es una figuración realizada de manera muy personal y subjetiva, y que se aleja de aquella a la que estamos acostumbrados. Obras de los artistas como Pepe Espaliú (Córdoba 1955-1993), Ana Barriga (Jerez de la Frontera, 1984) y Paloma Gámez (Bailén, 1964) configuran un espacio muy variado, diferente, pero que se complementan de una manera espléndida. Podríamos decir que cada artista tiene su espacio personal, pero la mezcla y el conjunto de esos espacios es bastante poderoso. Quizás deba destacar la intervención de la artista Ana Barriga, que tiene un espacio casi totalmente ocupado por una especie de gran retablo contemporáneo, en el que se hace una intensa reflexión sobre la vida, la muerte el poder y la identidad de una manera desenfadada pero muy contundente en el mensaje, y el cual creo que merece ser visto en persona dadas sus colosales dimensiones y su impacto visual, el cual no deja indiferente a nadie. Esta obra fue creada específicamente para esta exposición, y la cual articula el espacio de una manera magistral, haciéndonos partícipes y espectadores a la vez de lo que se acontece en este retablo contemporáneo.
Texto por Suso B
Correción por Ana Muñoz-Manero
Aquí os dejo algunas fotos:
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